Opciones de Tratamiento
El tratamiento de la narcolepsia suele combinar
estrategias farmacológicas y no farmacológicas,
para abordar los síntomas de forma más completa. No existe un único tratamiento válido para todos:
cada persona es diferente,
y el enfoque debe adaptarse a sus necesidades, estilo de vida y evolución de los síntomas.
A
continuación, te explicamos cuáles son las principales herramientas disponibles para mejorar la calidad de
vida de quienes conviven con esta enfermedad.



Tratamiento No Farmacológico
Además del tratamiento médico, existen herramientas y hábitos que pueden marcar la diferencia en el día a día de quienes conviven con la narcolepsia.
Higiene del sueño
Mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y crear un entorno adecuado para el descanso ayuda a estabilizar el ciclo sueño-vigilia.
Siestas programadas
Incorporar siestas cortas (de entre 10 y 20 minutos) en momentos estratégicos del día puede reducir la somnolencia y mejorar la concentración.
Ejercicio físico moderado
La actividad física ayuda a regular el ritmo circadiano y mejora el estado de ánimo. Es recomendable evitar el ejercicio intenso al menos tres horas antes de dormir.
Terapia psicológica
La terapia cognitivo-conductual puede ser útil para gestionar la ansiedad, el estrés o los cambios emocionales relacionados con el diagnóstico.
Apoyo social
Contar con la comprensión de familiares, amistades o grupos de apoyo puede aliviar el impacto emocional de la enfermedad. Las asociaciones de pacientes también son una fuente valiosa de información y acompañamiento.


Tratamiento Farmacológico
En muchos casos, los medicamentos son fundamentales para controlar los síntomas más intensos. No todas las personas responden igual, por eso es importante un seguimiento personalizado por parte de un especialista en Sueño.
Algunas de las opciones más comunes incluyen:
Estimulantes
Ayudan a mantener el estado de alerta y a reducir la somnolencia diurna.
Antidepresivos
Utilizados para controlar los episodios de cataplejía y regulando el tono muscular y favoreciendo el bienestar emocional.
Depresores del sistema nervioso central
Ayudan a consolidar el sueño nocturno y a reducir los episodios de cataplejía.
Moduladores del sistema histaminérgico
Aportan beneficios en varios síntomas como la somnolencia diurna excesiva, cataplejía, alucinaciones y parálisis del sueño.
Apoyo social
El tratamiento puede combinar varios fármacos y requiere ajustes y revisiones periódicas. Por eso es importante acudir de forma regular al especialista, especialmente desde que aparecen los primeros síntomas. La constancia en el seguimiento es clave para lograr una mejora real y sostenible.


